a la verdad
pudo
ser
y no
fue
la
palabra que diera la medida
así estuvo
acurrucada
sobre sí misma
mientras
las mentiras
danzaban
insolente ronda
no
es necesario proclamarla
con
fuerza
basta
con que sea
solo
una luz
solo
ese aire
que
respiramos incrédulos
tal
vez el silencio
sea
el mejor elogio
a la
verdad
a
esa ilusión continua
cuya
delicada presencia
hace
crecer el alma
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