a la luz
la riqueza del mundo
no podría cantar
su alborozo
ni la perspicacia del ojo
ejercer su incesante cultivo
de las formas
pero la luz lo permite
y persisten esas deudas
aun la serenidad del espíritu
que abandonó sus miedos
nacidos en la oscuridad
y triunfa sobre ancestrales
fragilidades
debe su regocijo
a la luz
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